¿Por qué y cómo gestionar las emociones en la educación?

¿Qué emociones siente un alumno ante un examen, ante una asignatura, ante el reto de su educación? ¿Miedo? ¿Puede sentir tristeza? ¿Y por qué no podría sentir, por ejemplo, admiración, sorpresa o curiosidad? Las emociones, como en todos los aspectos de la vida, también se dan en la escuela. Pero, posiblemente sea aquí donde adquieren mayor importancia. El alumno vive la vida a flor de piel, las emociones le invaden y le influyen de una manera determinante. Así que poder gestionarlas, controlarlas, invertirlas en su caso, puede ayudar, y mucho, a la educación, al futuro de los chavales. En definitiva, se hace imprescindible fomentar desde la escuela las emociones agradables en lugar de las desagradables.

Ante este escenario, Begoñazpi Ikastola se ha marcado un reto de calado:

Desde hace unos años, la ikastola bilbaína ha introducido la gestión de las emociones

Desde hace unos años, la ikastola bilbaína ha introducido la gestión de las emociones

Desde hace unos años, la ikastola bilbaína ha introducido la gestión de las emociones entre los pilares que sustentan el proyecto de la innovación educativa.  Pero en los últimos meses  le ha dado una vuelta de tuerca para ir más allá. Así, se ha apoyado en una nueva metodología, denominada Vinculación Emocional Consciente y desarrollada por el psicólogo clínico Roberto Aguado.

«Es posible entrenar las emociones. Una buena gestión de las emociones puede convertirse en una importante herramienta para nuestro botiquín vital”.

Agudo, básicamente, parte de la idea de que es posible entrenar las emociones. Para ello interpela a los propios alumnos, a los profesores y también a familias, los tres ejes  sobre los que Begoñazpi Ikastola sustenta la gestión emocional. A lo largo de diversas jornadas de trabajo, Aguado pretende hacer ver que una buena gestión de las emociones puede convertirse en “una importante herramienta para nuestro botiquín vital”.

El psicólogo clínico Roberto Aguado, creador de una nueva metodología, denominada Vinculación Emocional Consciente.

El psicólogo clínico Roberto Aguado, creador de una nueva metodología, denominada Vinculación Emocional Consciente.

¿Cómo controlar y gestionar las emociones?

1.- Debemos ser conscientes e identificar las emociones, para lo que nos apoyaremos en la razón. Pero, ¿cuántas emociones hay? Las siete emociones básicas conocidas son rabia, miedo, tristeza, culpa, ira, sorpresa y alegría. «Si consideramos la sorpresa como una emoción mixta y la alegría como una emoción agradable, el resto se consideran emociones desagradables», señala el psicólogo.   Aguado propone que existen tres emociones más que añadir a estas siete y que amplían el abanico de emociones agradables: curiosidad, admiración y seguridad.

Aguado propone que existen tres emociones más que añadir a estas siete y que amplían el abanico de emociones agradables: curiosidad, admiración y seguridad.

2.-  Intentar cambiar de emoción desde la emoción: este paso es posible gracias a que no es necesario aplicar la cognición o la razón a la emoción. Tratar de cambiar las emociones desde el raciocinio, dice Aguado,  sería complicado, ya que la emoción es demasiado intensa para dejarnos pensar. En este sentido, la inteligencia emocional pasaría por escoger entre la mejor de las emociones para adoptarla en la situación en la que nos encontramos. «No hay emociones malas, sino emociones no adecuadas a la situación que producen un desajuste y que debemos cambiar», apunta Aguado.

La inteligencia emocional incide en escoger entre la mejor de las emociones para adoptarla en la situación en la que nos encontramos

3.- Aprender a emocionarse; identificar el papel de las emociones en nuestra vida.  Aguado plantea recordar, en los diferentes tramos de nuestra vida, qué emoción fue la más importante, qué persona o personas nos marcaron más y qué situaciones importantes se produjeron en nuestra vida.

Exposición de Roberto Aguado a los padres de Begoñazpi Ikastola

Exposición de Roberto Aguado a los padres de Begoñazpi Ikastola

Estos pasos permiten invertir una mala gestión de las emociones, que, según relata el psicólogo, pueden llevar a trastornos como la depresión (tristeza), la ansiedad (miedo) o los problemas sociales derivados de una personalidad agresiva (rabia o asco). En los trastornos psicosomáticos, como los que afectan a la piel o el estómago, puede tener un importante papel la represión de las emociones, afirma Aguado.  Para aprender a gestionar las emociones Aguado y su equipo han desarrollado una aplicación informática gratuita, denominada ‘eTrainer‘, que navega por los principales estados emocionales y que da las claves para pasar de una emoción que no se ajusta al contexto a otra más constructiva.

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