La ikastola bilbaína implanta un inédito programa de alimentación saludable, basado en planes del Gobierno vasco y el Ministerio de Sanidad y Consumo, con menús más elaborados y sin renunciar a recetas que agraden al alumnado
BILBAO.- Lentejas de primero, arroz de segundo, fruta de postre. O alubias con calabaza y hamburguesas de atún con guarnición de perretxikos y fruta. Son solo dos ejemplos del nuevo menú de la ikastola Begoñazpi de Bilbao, que ha puesto en marcha un inédito programa de alimentación saludable, dada la importancia de una correcta pirámide nutricional en edad escolar y la necesidad de que los chicos y chicas adquieran hábitos saludables desde edades tempranas.
En este nuevo menú no faltan, por tanto, verduras y hortalizas, legumbres, cereales, pescado y fruta. Todo ello, eso sí, sin que los chicos y chicas tengan que renunciar a platos que les sean apetitosos. Así que las recetas, en continua evolución, también son fundamentales en la búsqueda de un equilibrio entre los menús saludables y atractivos para los chicos y chicas.
El plan de alimentación que ha diseñado Begoñazpi Ikastola sigue las directrices de los últimos programas de alimentación saludable ideados tanto por el Gobierno vasco como por el Ministerio de Sanidad y Consumo, a través del programa Perseo, y diseñados para luchar contra la obesidad infantil en el ámbito escolar. Además, la ikastola bilbaína ha adaptado a sus cocinas este marco alimentario para que lo saludable no esté reñido con la ingesta necesaria o el rechazo a la comida, tan común en los comedores escolares.
Los cocineros de la ikastola siguen, por tanto, las recomendaciones nutricionales que deben contener los diferentes menús para aumentar el consumo de alimentos como el arroz integral, el pan integral, el pescado azul, los pimientos, la ensalada u otras verduras “crudas” o, incluso, el huevo, por su proteína de alto valor biológico, por citar algunos ejemplos.
La apuesta de la ikastola surgió a partir de los diferentes estudios que ponen de manifiesto las carencias nutricionales de los escolares y el riesgo de obesidad. Por ello, llevó a cabo un exhaustivo diagnóstico del menú que servía a diario. Aunque se adecuaba a las normas, el diagnóstico ofreció una visión diferente. Para lograr una alimentación realmente saludable había que decantarse por aumentar la proteína vegetal, que cubre todos los requerimientos de aminoácidos esenciales, la fibra, que ayuda a disminuir el colesterol, los aceites grasos esenciales como el omega tres, o a reducir las frituras y los hidratos de carbono. Más fruta, verdura y pescado. En definitiva, un plan nutricional adecuado y saludable.
Recetas más elaboradas
Claro que, además de los alimentos, la receta es la clave, con la que los cocineros de Begoñazpi Ikastola tratan de conjugar la nutrición con el sabor, con la ingesta necesaria para la alimentación del alumnado.
Todo ello hizo apostar, claramente, por la verdura, integrada muchas veces, en recetas más elaboradas como pavo guisado a la jardinera; por las legumbres, que se comen dos veces por semana; por el pescado, blanco y azul y ahora elaborado al horno o guisado en lugar de rebozado; por introducir la fruta de postre cuatro veces por semana –un día yogur-; y, también, por eliminar las frituras y las clásicas guarniciones de salsas o patatas fritas, nada aconsejables, y controlar así los carbohidratos.
En su lugar, los pimientos, los champiñones y perretxikos, la ensalada como acompañamiento o las verduras a la jardinera, las zanahorias y los guisantes han empezado a cobrar protagonismo en los nuevos hábitos alimenticios que van adquiriendo los niños y niñas, otro de los grandes objetivos de este programa de alimentación.
La planificación mensual hace que el menú concuerde a la perfección con la pirámide nutricional. Valga un ejemplo: hay que reducir el consumo de proteínas animales, y, para ello, se programa un menú de dos primeros platos una vez al mes: la proteína vegetal de la legumbre junto a los hidratos de carbono del cereal.
La satisfacción de las familias que han probado el menú diario en las diferentes jornadas de puertas abiertas ya se ha empezado a notar. La nota que le ponen está por encima del 8,5%.
Pero las mejoras son constantes. Los cocineros van ideando y variando los menús periódicamente para que tanto los valores nutricionales como la ingesta sean los adecuados, además de que, por supuesto, resulten apetitosos para los chicos y chicas.